Tomado del boletín infomativo de RSE BAC Credomatic
Muy a menudo, las relaciones de las empresas con sus stakeholders o grupos de interés se realizan de una forma intuitiva y generalmente reactiva, ante el surgimiento de problemas o situaciones complejas.
Un acercamiento estratégico con nuestros grupos de interés permite prevenir los conflictos antes de que estos se presenten y produce beneficios duraderos para ambas partes.
Vincularse es mucho más que reconocer que los stakeholders existen; es un compromiso de la empresa de escuchar y responder a sus expectativas, poniéndolas en el centro de la estrategia comercial y creando mecanismos de diálogo, colaboración y entendimiento mutuo.
En un artículo anterior dimos algunas recomendaciones prácticas para dejar de postergar la evolución de su empresa u organización hacia una estrategia alineada a las expectativas e intereses de los stakeholders.
En este artículo, compartimos nuestro modelo de vinculación con stakeholders, basado en la experiencia de otras empresas y entidades vinculadas a la temática de RSE.
El mismo se compone de cinco fases básicas:
Definición estratégica
El objetivo de esta fase es definir las razones por las cuales la empresa desea vincularse más con sus stakeholders y los resultados que espera obtener de ese proceso. En otras palabras, ¿qué mueve a la empresa a acercarse a sus stakeholders y cómo se alinea esta intención con los objetivos estratégicos del negocio?
Identificación y mapeo
Esta es posiblemente la fase más importante del proceso, pues de ella se desprenden todas las fases posteriores. La empresa debe identificar cuáles son sus principales grupos de interés y priorizarlos, a fin de conocerlos mejor y trabajar con ellos. No existe receta mágica ni fórmula universal aplicable a toda empresa u organización por igual, las empresas utilizan diversas metodologías para realizar este ejercicio, pero encontrar el equilibrio justo para que ningún grupo ‘importante’ sea excluido, es esencial para dar sentido y credibilidad al proceso.
Plan de acción
Siempre, en las relaciones con stakeholders, debe haber un cierto grado de ‘flexibilidad’, lo cual obliga a aprender sobre la marcha. No obstante, es importante contar con un plan de acción inicial, que establezca claramente los objetivos a alcanzar y la forma de alinear estos a las estrategias de la empresa, a fin de producir resultados que beneficien a todas las partes, de forma balanceada.
Implementación del plan de acción
Recomendamos desingar a un directivo como líder del proceso, y un grupo de trabajo que le apoye. Es importante además socializar la información básica con los demás empleados, permitiendo que estos comprendan las razones que llevan a la empresa a invertir tiempo y recursos en este esfuerzo.
Medición y seguimiento
Sería un error pensar que al implementar el plan de relacionamiento, lo más importante está cumplido. Es normal que la relación con nuestros stakeholders, como cualquier otra relación, evolucione, y que la frecuencia e intensidad de los contactos varíen a lo largo del tiempo. Por eso, es útil tomar periódicamente ‘la temperatura’ de los principales grupos de interés: avances en lo acordado, su nivel de satisfacción, nuevas expectativas, etc.
El seguimiento es fundamental, pues lo más importante es que se cumplan los compromisos pactados y que además, los grupos interesados perciban positivamente este cumplimiento.
Es necesario hacer uso de las experiencias y datos que surjan de cada parte del proceso, convirtiéndolos en decisiones, ajustes al plan inicial y desarrollo de nuevos planes.
El reconocimiento y vinculación con sus grupos de interés, es uno de los primeros pasos para establecer una política de RSC bien enfocada y eficaz.
Fuente: http://www.sumarse.org.pa
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