La Comisión Europea ha defendido el papel de la cooperación al desarrollo para implicar a los Gobiernos de terceros países para mejorar las condiciones laborales en el sector textil y la necesidad de incentivar a las empresas para promover la responsabilidad a lo largo de toda la cadena de valor del sector.

«La cooperación al desarrollo puede ser un instrumento efectivo para animar al sector privado y para implicar en diálogo y reformas a Gobiernos en los países productores textiles», concluye el Ejecutivo comunitario en un documento de trabajo interno, que hace un diagnóstico de los desafíos en el sector textil y avanza ideas para mejorar la responsabilidad en toda la cadena de valor en el sector, presentado por el comisario de Desarrollo Neven Mimica, en un acto organizado por la Comisión y la Eurocámara en recuerdo de las víctimas del Rana Plaza.

El Ejecutivo comunitario apuesta por «el reforzamiento de la participación del sector privado y el uso de instrumentos de financiación innovadora, tales como las operaciones de financiación combinada» y «una mayor implicación de las pequeñas y medianas empresas, así como los compradores y las marcas en la UE».

«La implicación del sector privado como beneficiario y socio es particularmente relevante de cara a nuevas iniciativas de la UE mayores tales como el Plan de Inversión Externa», precisa en el documento, en el que insiste en la necesidad de continuar apoyando proyectos público-privados, recabar financiación privada e instrumentos de desarrollo.

Financiación y gestión responsable de la cadena de valor

La UE espera movilizar hasta 44.000 millones de euros de aquí a 2020 para promover inversiones estratégicas en África y los países de la vecindad, que se podrían duplicar si los Estados miembros contribuyen de forma equivalente, según las estimaciones de Bruselas. El fondo contará con una aportación de 3.350 millones de euros del presupuesto de la UE y del Fondo de Desarrollo Europeo hasta 2020, aunque el Banco Europeo de Inversiones (BEI) prestará hasta 32.300 millones gracias a la garantía europea de aquí al 2020.

El Ejecutivo comunitario subraya la necesidad de atajar los desafíos persistentes en el sector textil ligados especialmente a la fragmentación del sector y prácticas como la subcontratación múltiple.

«El sistema de producción actual dificulta establecer cómo y dónde se produce la vestimenta, es decir, trazar el origen de la vestimenta de vuelta a su fuente y evaluar adecuadamente si han sido producidas de forma sostenible», alerta el Ejecutivo comunitario, poniendo el ejemplo de Bangladesh, donde una reciente encuesta refleja que el 32% de 479 fábricas del país entrevistadas eran subcontratas informales y el 91% de las fábricas informales produce al menos en parte para la exportación. El 60% de las exportaciones textiles de Bangladesh se destinan a la Unión Europea.

La UE sí cuenta con legislación aplicable en el sector textil para contribuir a la gestión responsable en la cadena de valor del sector, incluido en países en los países en desarrollo, incluida la directiva que obliga a los Estados miembros a obligar a las multinacionales a dar información sobre el respeto de los Derechos Humanos y su política social, entre otros. El Ejecutivo comunitario publicará en 2018 los primeros informes sobre la transparencia de las compañías del sector.

Desafíos

«Los grandes desafíos comunes sociales y ambientales en muchas factorías y ubicaciones internacionales deben abordarse», insiste no obstante el Ejecutivo comunitario, entre ellos, el problema de los salarios por debajo de los mínimos de supervivencia, el tráfico humano, el trabajo forzado, incluido infantil, la falta de negociación colectiva y contratos regulados, así como los problemas de seguridad de las fábricas, el uso de químicos peligrosos en la producción de vestimentas y la posición precaria especialmente de las mujeres, que representan el 75% de la plantilla del sector textil a nivel mundial.

Por ello, entre las prioridades del Ejecutivo comunitario figura la necesidad de promover el empoderamiento de las mujeres en el sector textil y promover sus capacidades empresariales dada su escasa presencia en puestos de responsabilidad y gestión en el sector en la actualidad, tal y como refleja un estudio de 2016 que cubre 12 países productores. También incluyen mejorar las condiciones laborales y un salario decente, así como avanzar en la transparencia y la trazabilidad en la cadena de valor y ha aprobado recientemente nuevos proyectos de desarrollo, por valor de unos 45 millones, para promover la responsabilidad en la cadena de valor del sector textil.

Fuente: http://www.corresponsables.com