Lo mejor en RSE: la nueva directiva de la UE

Por Marta Pastor

Las dos caras de la RSE. 

 Noticia positiva en la última quincena.

El pasado miércoles 26 de febrero, el Comité de Representantes Permanentes (Coreper) aprobó el acuerdo alcanzado por el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea sobre la nueva directiva por la que las empresas europeas tendrán que informar sobre sus impactos sociales y medioambientales.

Si bien sabemos que en España el anuncio de este acuerdo traerá cola -porque, obviamente, entra en el terreno de esa «voluntariedad obligatoria» a la que recurrimos tanto los españoles a la hora de justificar porqué sí o porqué no hacemos o informamos de algo en materia de RSE- considero que supone un paso de madurez necesario en el concepto y el rumbo de la responsabilidad social empresarial del país. Me gusta no sólo el hecho de que la medida unifique y nos acerque más a las prácticas que se aplican en los países de la Unión donde la RSE está más avanzada y se supone más efectiva, sino que otras razones me llevan a valorar positivamente el anuncio de  la noticia. En primer lugar , el hecho de que la nueva normativa no ponga el límite en compañías cotizadas, sino que considere que también deberá ser tenida en cuenta por empresas no cotizadas que los Estados miembros consideren que deban asumirla, bien por el tipo de actividad que desarrollan o el número de empleados que tengan.

Por otro lado, la directiva recalca que la información debe ser útil y concisa, necesaria para la comprensión del desarrollo, el rendimiento, la posición y el impacto de la actividad de la empresa, y no un informe de pleno derecho y detallado. De esta forma, el enfoque adoptado pretende minimizar la carga administrativa a la hora de elaborar  la información  por parte de las empresas, fomentando que ésta sea lo más concisa posible; que vaya al grano, vaya. Justo lo que va haciendo falta y lo que exigen cada vez más los ciudadanos.

En definitiva, aunque el acuerdo alcanzado todavía tiene que ser adoptado conjuntamente por el Parlamento Europeo y por los Estados miembros de la UE en el Consejo, creo que bien protocolizada, esta nueva directiva puede ser un impulso muy positivo para que las empresas pierdan ese miedo a informar con transparencia y rigor , posibilitando así la tan conocida rendición de cuentas a los grupos de interés. Eso sí, tendremos que estar atentos para que esa información aportada sea verdaderamente útil y llegue de la forma adecuada al conjunto de la sociedad.

Marta Pastor

@marta_adaptarse

Fuente: Diario Responsable

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Categorias: Europa, General

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