Tendencias Globales de los Marcos para la Elaboración de los Reportes de Sustentabilidad

Tendencias Globales de los Marcos para la Elaboración de los Reportes de Sustentabilidad

fernando passarelliCada vez más empresas perciben al reporte de sustentabilidad no sólo como una herramienta para rendir cuenta a sus públicos clave por los impactos que genera su actividad, sino también como un atributo diferencial que permite exhibir un modelo de gestión más transparente y responsable. En rigor, existe una tendencia muy marcada de considerar a los reportes sólo como herramientas de comunicación, cuando su verdadera utilidad está en proveer a la empresa de una herramienta de gestión para identificar asuntos relevantes y gestionarlos, para que luego la difusión de esta manera de gestionar fluya como una manera espontanea y consecuentes de su desarrollo. Ahora bien, ¿se requiere un marco que estandarice estas prácticas? Algunas empresas en el mundo están llevando adelante sus reportes bajo criterios y pautas propias porque desean mantener cierta independencia a la hora de gestionar, medir y comunicar sus prácticas de gestión responsable, pero si consideramos que la comparabilidad resulta esencial en cualquier proceso de gestión y reporte, la pertinencia de un marco que fije pautas y criterios parece indiscutible. Es esencial comprender  que en la teoría de la gestión responsable los reportes ocupan un lugar trascendente, por cuanto ofrecen a la empresa una herramienta para vincularse con sus partes interesadas que sirve de base para el desarrollo de diálogos para la construcción de confianza, y en este contexto, nuevamente, operar bajo un marco mutuamente legitimado resulta fundamental. Sin embargo, la actual transición del modelo G3.1 del Global Reporting Iniciative, hacia su versión G4, evidencia una innegable necesidad de dotar a los reportes de materialidad, abandonando prácticas relacionadas con extensos contenidos cargados de fotos y cuadros que relatan casi a modo de pieza de marketing, los supuestos logros alcanzados por la empresa. A tal punto esto es así, que en el nuevo formato se espera que si la empresa omite en su reporte temas relevantes de su actividad, se vea obligada a explicar por qué lo hace. El concepto de Diligencia Debida, entendido como aquel proceso exhaustivo y proactivo para identificar los impactos reales y potenciales de carácter social, ambiental y económico que se desprenden de las decisiones y acciones de la organización, durante el ciclo de vida completo de un proyecto o actividad, destinado a gestionar dichos impactos, adquiere una trascendencia cada vez mayor en el proceso de reporte. Por otra parte, el involucramiento de partes interesadas clave en el desarrollo del negocio, como lo son los proveedores, ya no podrán quedar fuera del radar de las empresas que adopten este marco para reportar sus progresos. No obstante, el marco del GRI no logra resolver un déficit de origen: si la gestión responsable se basa en una estrategia articulada entre lo económico, lo social y lo ambiental, no parece lógico que las empresas deban elaborar un reporte de sustentabilidad por separado a su balance económico y financiero. Por esto, un nuevo desafío aparece en el horizonte, que es la aparición del IIRC (Reportes Integrados) y el SASB (Junta de Sostenibilidad de Normas Contables), como esquemas complementarios o alternativos al que ofrece el GRI. Estas iniciativas que responden a intereses del mundo de las finanzas están ejerciendo una gran presión sobre el mundo de las empresas por

cuanto parece muy difícil que el mundo de los negocios se desarrolle de manera sostenible sin contar con los avales de los grandes inversores que inyectan al sistema el insumo financiero para su expansión. Sin embargo, numerosos especialistas están siguiendo con preocupación las tendencias de estos marcos globales. No caben dudas que dichas iniciativas apuntan a cuestiones clave a la hora de que las organizaciones reporten sus desempeños, como lo son la definición objetiva de asuntos relevantes y la gestión de la cadena de valor. Algunos, sin embargo, opinan que la tecnificación de los reportes atentan liza y llanamente contra el objetivo primordial de estas herramientas: la comprensión exhaustiva de la gestión de la organización por parte de los grupos de interés. ¿Podrán las empresas cumplir con las pautas de estos marcos globales sin sacrificar la simpleza en sus reportes? Resultará sin dudas un gran desafío para las organizaciones reportantes generar “puentes” con sus grupos de interés para facilitar la comprensión de sus contenidos, ya que de otro modo, se cumplirá con los marcos globales pero sin generar la calidad de relacionamiento esperada con sus públicos clave. Si los reportes tienen por objetivo promover los vínculos con las partes interesadas clave para el  negocio, las organizaciones deberán entonces hablar en los idiomas de los destinatarios y no abusar de criterios, matrices e indicadores que sólo son interpretados por especialistas. ¿Sirven los reportes  sin  ámbitos  de diálogo con  las  partes interesadas? Parecería que son necesarios pero no suficiente para cumplir su misión. La empresa debe entender que lo más importante no es decir, sino ser comprendida.

Fernando E. Passarelli
Coordinador Programa Valor RSE + Competitividad

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