Así es como la sostenibilidad revolucionará el empleo en España: estos serán los perfiles más demandados

Así es como la sostenibilidad revolucionará el empleo en España: estos serán los perfiles más demandados

Las organizaciones necesitarán profesionales que las ayuden a adaptarse a los retos del futuro. En un mundo condicionado por la crisis climática, la falta de materias primas y una legislación cada vez más estricta, las compañías se rifarán a los trabajadores que las ayuden a seguir operando. No querrán a un gestor que ante la falta de material de soluciones que signifique un aumento de presupuesto, sino a quien sea capaz de proponer un plan circular que ayude a la empresa a reutilizar sus propios recursos y abaratar los procesos.

Los estudiantes acaban de terminar la prueba de acceso a la universidad y, excepto unos cuantos afortunados, la mayoría no tendrá todavía claro qué quiere hacer y mucho menos donde acabará. Está la vocación, por supuesto, pero también las salidas laborales, la franja salarial y la capacidad de promoción. En todos los sectores hay posibilidades. En la Universidad Complutense de Madrid (UCM), el top tres de carreras con más demanda como primera opción en el curso recién terminado de 2023-24 estaban en el ámbito de la salud: Medicina, Enfermería y Psicología.

Según los expertos en trabajo, los jefes de equipo quieren conseguir mano de obra que sepa adaptar su departamento a una normativa cambiante, que sea capaz de conseguir el mismo producto, reutilizando material ya usado o gestionar un equipo de trabajo de forma eficiente. Las empresas se mueven con planes y estrategias que hay que diseñar, planificar y ejecutar donde el concepto de perpetuarse en el tiempo es transversal y un fin en sí mismo. Hay que mantener el negocio girando en la rueda y generando puestos de trabajo, beneficios y servicios o productos.

Según datos de la UNED (Universidad a distancia) las carreras más demandadas han sido Psicología y ADE; sin embargo, los grados que mayor número de estudiantes han tenido por facultades han sido Matemáticas, Medioambiente e Ingeniería informática. Aunque estas son las que más demanda tienen, no son necesariamente las que cuentan con más proyección de futuro. Las respuestas pueden ser diferentes según la zona geográfica, el sector o incluso si el destino final es público o privado.

Miguel Bernabé, director del Centro de Orientación y Empleo de la UNED, explica que aunque los grados de Ciencia, Tecnología, Ingenierías y Matemáticas (la familia STEM, por sus siglas en inglés) puedan parecer más orientados a primera vista, no significa que sean los que más potencial tienen. Según él, las empresas no solo valoran la formación académica, sino las competencias que los alumnos son capaces de aportar.

«Parece imposible plantearse alguna relación entre Filosofía, Filología o Historia del Arte con la Ciberseguridad, la Inteligencia Artificial o el Desarrollo Sostenible, pero estoy convencido de que la formación recibida en cuanto a métodos, análisis y comprensión de estas disciplinas tienen proyección de futuro en esos nuevos retos», afirma Bernabé.

Por otro lado, los departamentos de recursos humanos se están replanteando la forma de contratación y apuestan por una formación continua con microgrados o micromásteres que «permiten una actualización de conocimientos y competencias en un área específica».

En el sentido de la formación continua, Charles Castro, profesor del posgrado en Sostenibilidad: Medio Ambiente y Economía Circular en EALDE Business School y responsable de evaluación de impactos en ECODES piensa que cada vez más el máster se considera la continuación del grado. «Yo no daría más importancia a una parte que a la otra, pero es cierto que está cambiando el panorama». Y completa:»Es bueno ganar experiencia a nivel empresa y también explorar lo que realmente te gusta, claro. Pero yo creo que más y más las empresas están viendo el máster como una forma de completar el registro universitario».

En cuanto a la sostenibilidad, las oficinas antes tenían un departamento centrado en el tema concreto del impacto climático y ambiental, pero cada vez más lo están aplicando de forma transversal. Ya no se trata solo del consumo de recursos o la eficiencia energética, ahora abarca más aspectos como el cumplimiento legal del entramado normativo, o el análisis de comportamiento de los clientes para poder definir y aplicar mejores estrategias.

«Las empresas también quieren perfiles generalistas porque los departamentos de sostenibilidad necesitan personas que tengan visión y capacidad para entender las distintas piezas que engrasan la rueda. Y ahí es donde entra el perfil también de ADE o Sociología, o el perfil que se gana a través de un posgrado de especialización en temas de sostenibilidad», dice Castro.

Auditarse para adaptarse

Un sector en rápido crecimiento es el de las consultorías. Muchas veces las empresas, especialmente las que no tienen tantos recursos para cubrir todos los flancos buscan expertos que les ayuden a adaptarse. El tema de sostenibilidad tiene un fuerte componente científico y técnico que es la parte que se enfoca a mitigación de emisiones y adaptación, pero también se incluyen la gestión de personas y recursos en toda la cadena de trabajo, y ahí entra toda la división de letras y humanidades.

Miguel Bernabé de la UNED explica que para satisfacer las necesidades actuales sin comprometer las futuras no se puede renunciar a la protección ambiental, pero tampoco al crecimiento económico o al desarrollo social. Y eso aplicado a la estabilidad laboral: «Se puede hablar de empleo sostenible, donde se garantiza condiciones de trabajo que permiten a las personas participar y permanecer con autonomía en una vida laboral prolongada, hablamos de inclusión y diversidad en el trabajo o hablamos de integración social y empoderamiento».

Para eso hay que hacer una revisión continua a la situación de cada uno. Auditarse a sí mismo honestamente: dónde se está, qué recursos hay y a dónde se quiere llegar. El cambio climático es algo que condicionará todo, especialmente el mundo de las empresas. En esa adaptación se necesitarán manos que las conduzcan. Por eso, cuando los trabajadores del futuro piensen qué hacer, la clave no es qué cambios quieren conseguir, sino desde qué ámbito, tecnológico, científico o humano.

Fuente: https://www.elespanol.com/

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