Para este año, se prevé un mayor uso del datos de riesgo, su digitalización y el análisis; también será necesario aplicar estrategias de reducción de las emisiones de carbono y elevar los estándares ESG.

Durante el 2021, las cadenas de suministro han presentado diversos desafíos. Por un lado, quedó en evidencia que las organizaciones están expuestas a cualquier tipo de interrupción del suministro.

Asimismo, el Índice de Resiliencia de la Cadena de Suministro de Achilles (ASCRI) expuso que los precios de las materias primas aumentaron un 68% desde principios de 2021 y, agregó que, el 28% de las interrupciones fueron causadas por fallas de los proveedores.

Entonces, las cadenas de suministro presentan grandes riesgos. Ante este contexto desafiante, Achilles identificó cinco tendencias de gestión para 2022:

En primer lugar, toma relevancia el modelado de datos de riesgo. Esto significa, desarrollar un modelo de riesgo de proveedores que esté en línea con las compras y cumpla las necesidades del negocio para ayudar a minimizar las amenazas y los impactos asociados. En esta línea, la falta de datos correctos del proveedor dificulta actuar de manera efectiva sobre los riesgos potenciales. Entonces, contar y verificar la información correcta que necesitan los compradores, mejorará los tiempos de reacción y permitirá ser más proactivos en la gestión del riesgo de terceros.

Otra tendencia es la digitalización. Esto conlleva un alto volumen de datos que deben ser analizados para su correcto uso. Esto aumentaría la eficiencia de los procesos de integración de la cadena de suministro, las operaciones y facilitaría el proceso de toma de decisiones.

Cuando se administra e implementa adecuadamente, la transformación digital de la cadena de suministro puede agregar valor a las cadenas de todos los sectores.

Otro tema importante son los ataques cibernéticos a la cadena de suministro. Estos ataques aumentaron un 42 % en el primer trimestre de 2021 en EE. UU. y afectaron hasta siete millones de personas. El análisis de las violaciones de datos, informadas públicamente en el primer trimestre por el Centro de Recursos de Robo de Identidad, detalló que 137 organizaciones informaron haber sido afectadas por ataques cibernéticos en la cadena de suministro.

En este sentido, los efectos de un ciberataque pueden generar grandes daños, entre ellos: pérdida de información financiera esencial; daño a la reputación; gasto en solucionar problemas de seguridad cibernética; y exposición pública de información confidencial de los clientes.

Así, una de las tendencias será invertir en ciberseguridad, ya que cada vez hay más preocupación por los proveedores. Además, es importante que, tanto los compradores como los proveedores preparen y aseguren sus negocios.

En tercer lugar, una nueva investigación revela que el 52% de las empresas no cuentan con una estrategia de reducción de carbono. Esto se contrapone a las exigencias de la sociedad y principalmente a lo asumido en la COP26. Por lo tanto, aunque, varias empresas incorporaron estrategias en esta línea, sectores como la fabricación industrial y la construcción, siguen siendo vista como una fuente emisiones de carbono y contaminación.

Asimismo, reducir las emisiones de carbono ofrece beneficios significativos para el negocio, para los clientes y la sociedad.

Por último, en 2022 será necesario elevar los estándares ESG. La pandemia puso en evidencia, por un lado, la importancia del cambio climático, y por otro, los movimientos sociales emergentes dieron lugar a consumidores más responsables desde el punto de vista social y ambiental. Como resultado, tanto los compradores como los proveedores, deberán ser más transparentes con sus prácticas ESG, para cumplir los intereses de los inversores, compradores y clientes con mayor conciencia social.

Con estos temas en agenda, los compradores y proveedores deberán trabajar en sus cadenas de suministro, incorporarlos para obtener una ventaja competitiva y reducir su nivel de riesgo.

Fuente: https://www.comunicarseweb.com/