El lujo contaminante de los milmillonarios: ¿A quién perjudica el 1% más rico del mundo?

El lujo contaminante de los milmillonarios: ¿A quién perjudica el 1% más rico del mundo?

La respuesta es concreta: al resto delo 99% de la población. Un nuevo informe de Oxfam Intermón revela que las emisiones de carbono generadas por el estilo de vida y las inversiones de las personas más ricas son 340 veces mayores que las del resto de la población, acelerando una crisis climática que afecta principalmente a los más vulnerables. Desde aviones privados hasta yates, el derroche contaminante del 1% más rico del mundo pone en jaque el futuro del planeta.

Un informe reciente de Oxfam Intermón, titulado «La desigualdad de las emisiones de carbono mata», arroja cifras que revelan la desproporcionada contribución a la crisis climática de los sectores más adinerados. Mientras que las emisiones de carbono de la mayoría de la población se ven limitadas por la austeridad energética, las 50 personas más ricas del mundo emiten, en promedio, más carbono en tan solo 90 minutos que una persona promedio durante toda su vida, principalmente a través de sus inversiones, viajes en jets privados y yates de lujo.

Según la investigación, las emisiones de carbono generadas por el 1% más acaudalado están acelerando el agotamiento del “presupuesto de carbono” – el umbral de emisiones de CO₂ que el planeta puede tolerar sin que las temperaturas globales aumenten peligrosamente. Si la población mundial emulara el estilo de vida de esta élite, el presupuesto se agotaría en cinco meses; con las emisiones promedio de un milmillonario, esto ocurriría en solo dos días. Oxfam Intermón también destaca cómo en España, el 1% más rico contribuyó con el 8% de las emisiones nacionales entre 1990 y 2019, un dato alarmante en un contexto donde la justicia climática es aún un reto pendiente.

El impacto desmedido del lujo en cifras

Los datos pintan un panorama difícil de ignorar: un milmillonario promedio realizó 184 vuelos privados y pasó 425 horas en el aire el año pasado, generando emisiones que tomarían siglos para que una persona común igualara. No solo el estilo de vida de estos individuos contribuye a la crisis ambiental. Según el informe, el 40% de las inversiones de los más ricos están en sectores como el petróleo, la minería y el cemento, altamente contaminantes y difíciles de regular. Estas inversiones duplican el impacto ambiental de una empresa promedio del S&P 500. “El poder financiero del 1% más rico no solo representa una amenaza para el clima, sino también para la estabilidad económica y social de los países más vulnerables”, comenta Lourdes Benavides miembro de Oxfam Intermón.

El informe alerta sobre las graves implicaciones de esta desigualdad climática. Desde 1990, el 1% más rico ha sido responsable de una pérdida económica mundial de 2,9 billones de dólares, afectando especialmente a las naciones más pobres, que son las menos responsables de la crisis climática. En estas regiones, el cambio climático reducirá el PIB en un 2,5% hacia 2050. Además, las emisiones de los más ricos han provocado pérdidas agrícolas equivalentes a las calorías necesarias para alimentar a 14,5 millones de personas al año desde 1990. En América Latina, esa cifra podría crecer exponencialmente de aquí a 2050.

En la antesala de la COP29, Oxfam Intermón llama a los gobiernos a imponer impuestos más elevados y restricciones sobre bienes de lujo de alta huella de carbono, y a implementar un “impuesto a los millonarios” que financie directamente los esfuerzos de mitigación y adaptación en países del Sur Global, los más afectados por la crisis climática. Además, se insta a los países del Norte Global a asignar una financiación climática justa, algo que los países ricos han ignorado reiteradamente. “El cambio climático no es solo un problema de sostenibilidad, sino también de justicia social y económica. Hasta que la economía global no redistribuya de manera justa, los efectos del cambio climático seguirán siendo devastadores”, concluye Benavides.

La sociedad civil exige una reforma estructural, con una economía que priorice el bienestar común sobre las ganancias individuales de una minoría, para que quienes más contaminan contribuyan a reparar el daño que sus acciones provocan a diario en el planeta y en las vidas más vulnerables.

Fuente: https://diarioresponsable.com/

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Categorias: Medio Ambiente, Noticias

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