Empresas no están preparadas para los efectos del cambio climático

Empresas no están preparadas para los efectos del cambio climático

Ante los creciente desastres naturales que la humanidad ha experimentado en los últimos años son innegables las consecuencias de seguir ignorando que los efectos del cambio climático están modificando los procesos naturales de la Tierra. Tras el inicio de la temporada de huracanes y el reciente paso de Milton por las costas de México y EE.UU. llegan las dudas del papel de las empresas para salir adelante.

Recientemente, el portal de noticias Sustainable Brands ha publicado que los desastres naturales recientes ponen en evidencia lo que muchos en la comunidad climática han estado diciendo durante décadas: las empresas no están preparadas para adaptarse al cambio climático. Pero ¿Cómo podrían estarlo? ¡Descúbrelo a continuación!

La prevención de desastres naturales
Sin duda, los desastres climáticos de las últimas décadas han trastocando muchas vidas, creando una preocupación en las instituciones de saber cómo hacerle frente y prevenir en mayor medida los efectos del cambio climático.

Ante ello, en marzo del 2015 durante la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Reducción del Riesgo de Desastres fue adoptado El Marco de Sendai. Sus objetivos son claros:

  • Comprender el riesgo de desastres
  • Fortalecer la gobernanza del riesgo de desastres
  • Invertir en la reducción del riesgo de desastres para la resiliencia
  • Aumentar la preparación para casos de desastre a fin de dar una respuesta eficaz
  • Facilitar el proceso de reconstruir recuperación, rehabilitación y reconstrucción
  • Este sistema busca de reducir sustancialmente el riesgo de desastres y las pérdidas en vidas, medios de subsistencia, salud y en los bienes económicos, físicos, sociales, culturales y ambientales de las personas, las empresas, las comunidades y los países.

Y es que los desastres naturales aunque son incontenibles, pueden llegar a impactar de otras formas a la población y a la economía. A mayor preparación exista menos es el riesgo de que las conseciencias sean irreparables o incluso, permanentes.

Ejemplo de cómo puede afectar la no prevención de desastres es el caso de Acapulco. De acuerdo con la información de El Economista, los daños causados por el huracán John agravaron la situación económica, social y de salud en el puerto que ya de por sí era mala debido a las consecuencias del paso de Otis el año pasado.

Así mismo, los daños catastróficos causados ​​por los huracanes Helene y Milton en las costas del Caribe y su subida por el Atlántico dejan en claro que se tiene que generar una estrategia de prevención de desastres en miras de los otros huracanes que seguirán durante el transcurso de la temporada.

Los efectos del cambio climático

Según la información de Forbes, expertos consideran que es imprescindible la declaratoria de Acapulco como Zona de Desastre Natural pues las afectaciones ascienden a más de 50 millones de pesos.

Según expertos es necesaria esta declaratoria ya que solo así se podrá acceder a los recursos federales extraordinarios que serían canalizados a la reconstrucción y al rescate de empleos perdidos.

Se estima que Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo enviará propuestas al gobierno federal para la implementación de medidas urgentes que faciliten la reactivación económica en el corto y mediano plazo.

En el caso de EE.UU. Las tarifas de seguros para los mercados inmobiliarios en Florida y California se han vuelto inasequibles y pueden traducirse en que las empresas tengan que asegurarse por sí mismas.

De acuerdo con la información publicada en Sustainable Brands, la firma de modelado de riesgos Verisk espera que las pérdidas anuales de las aseguradoras debido a desastres relacionados con el clima, como la destrucción de oficinas e instalaciones de fabricación, solo sigan aumentando en más del 40%.

Ante la situación en Acapulco, se busca que las empresas privadas consideren abogar por la implementación de créditos blandos a tasa 0% a través de instituciones como Nacional Financiera y Financiera para el Bienestar, los cuales estarían destinados específicamente a apoyar la recuperación de las empresas devastadas.

En el caso de EE.UU. se dice que la mayoría de los directorios privados no están preparados para gestionar adecuadamente estos riesgos. Una encuesta de 2021 de INSEAD y Heidrick & Struggles , Changing the Climate in the Boardroom , reveló que 46 % de los encuestados afirmó que su directorio tiene un conocimiento insuficiente o nulo de los efectos del cambio climático para el desempeño financiero.

Resiliencia empresarial: Planes ante desastres

Según el Informe de Riesgos Globales 2024 del Foro Económico Mundial , los cuatro principales riesgos en los próximos 10 años estarán relacionados con el medio ambiente y el cambio climático.

Ante el inminente impacto del cambio climático, las empresas deberán prepararse para estos riesgos y regulaciones relacionados con el clima de la misma manera que aprendieron a gestionar otros riesgos de inversión. Es necesario contar con estrategias de adaptación y mitigación del cambio climático como parte de la gestión de riesgos empresariales y tener la exposición al cambio climático reflejada en sus balances.

En este sentido se requiere aumentar la experiencia en riesgo climático entre los miembros de su directorio y revisar su estrategia y toma de decisiones en el contexto de las consideraciones climáticas para preparar a las empresas para el futuro.

La temporada de huracanes de 2024 ha sido un duro recordatorio de que nadie es inmune a los efectos del cambio climático. Se espera que las interrupciones relacionadas con el clima en las operaciones directas y las cadenas de valor ocurran cada vez con mayor frecuencia, lo que afectará la continuidad de las empresas.

La probabilidad de que huracanes como Helene causen daños lo suficientemente importantes como para interrumpir las cadenas de suministro de semiconductores puede crecer de dos a cuatro veces para 2040.

Ignorar estas advertencias ya no es una opción: la resiliencia y la sostenibilidad de los negocios dependen de la capacidad de la empresa para abordar y gestionar su exposición al clima.

Fuente: https://www.expoknews.com/

Otras Fuentes
Categorias: Medio Ambiente, Noticias

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