Las compañías tradicionalmente han centrado sus esfuerzos de comunicación en los resultados financieros, con el objetivo de atender a inversionistas y otros proveedores de capital, así como de cumplir los requerimientos legales al respecto establecidos por las diferentes autoridades y reguladores.
Sin embargo, de manera progresiva los aspectos no financieros han ido cobrando protagonismo, en una aproximación iniciada fundamentalmente informando del desempeño ambiental o social, en función de cuáles fueran los principales impactos de la compañía.
Tras una etapa de transición, el concepto de la “triple cuenta de resultados” tomó la escena, integrando los aspectos ambientales y sociales, así como los económicos, desde el punto de vista de la distribución del valor generado entre los diferentes grupos de interés; a ello se agregó además la transparencia en cuanto a las prácticas de gobierno corporativo. Los informes de sustentabilidad se han convertido en la herramienta más destacada al respecto, creciendo el número de compañías que apuestan por su desarrollo.
A nivel internacional, Global Reporting Initiative (GRI) ha diseñado el estándar de referencia para la elaboración de los informes de sustentabilidad. Actualmente las compañías ya pueden aplicar su más reciente versión G4, que es además la única con la que se podrá trabajar a partir del 1 de enero de 2016.
GRI G4 destaca por solicitar que el contenido se centre en los aspectos materiales, así como que se tengan en cuenta los impactos que ocurren tanto dentro de la compañía como fuera de ella, asociados a sus requerimientos pero en su cadena de valor (proveedores, contratistas, distribuidores, clientes, entre otros).
Para determinar qué temas se convierten en aspectos materiales y, por tanto, son objeto de reporte, GRI recomienda considerar la perspectiva de los grupos de interés y la interna de la compañía, esta última relacionada con la estrategia corporativa. GRI incluye en su guía un conjunto de indicadores, para poder informar de los aspectos materiales, junto a aquellos propios de que disponga la empresa en sus sistemas de gestión.
La compañía que decide lanzar su informe de sustentabilidad, cuenta con ventajas tanto durante la elaboración como una vez que se publica el resultado.
Durante la definición de contenidos, se consulta a los grupos de interés, lo que contribuye a fortalecer la relación con éstos, sumado a los mecanismos de diálogo que se dan en el día a día de las operaciones; además, se solicita el levantamiento de datos que en muchos casos no se estaban monitoreando, de modo que se contribuye a fortalecer las métricas internas e incluso puede llevar al planteamiento de metas relacionadas. En este sentido,es importante destacar el rol del informe como herramienta de gestión.
Por otra parte, la difusión del informe puede contribuir a la atracción y retención de talento, atención y fidelidad de los clientes, así como facilitar el acceso a capital. Cada vez en mayor medida los inversionistas consideran criterios no financieros, debido a su relación con los riesgos de las compañías en el medio y largo plazo.
Apostar por la transparencia respecto del desempeño social, ambiental, económico, así como de la gobernanza corporativa, se erige por tanto en ventaja competitiva, en un entorno de globalización de los mercados y mayor escrutinio por parte de los diferentes grupos de interés.
Por PABLO DEL ARCO FERNÁNDEZ
Consultor Senior de Cambio Climático y Sustentabilidad en EY México
Fuente: http://mundoejecutivo.com.mx/
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