La COP29 acaba con un acuerdo de financiación climática de 300.000 millones de dólares que se queda corto
«Menos es nada». «Al menos es algo, y necesitamos ese algo». «Podría ser peor». Esas eran las reacciones de los delegados en Bakú tras dos semanas de intensas negociaciones, largas noches sin dormir y un acuerdo que no satisface a nadie. La 29ª Conferencia de las Partes (COP29) de Naciones Unidas sobre cambio climático llegó a su fin como comenzó: sin grandes ambiciones y con el foco puesto en la cita del próximo año en la ciudad brasileña de Belén.
Eso sí, tras un sábado (23 de noviembre) lleno de frustración y enfados, la presidencia de la COP fue capaz de poner orden en Bakú y llegar a un acuerdo de mínimos in extremis. No fue hasta pasada la medianoche en hora local que el pleno de la cumbre del clima ha podido reunirse para poner punto y final, de una vez por todas, a la cita climática.
Y al final, el Acuerdo de Bakú se materializó exactamente como se esperaba: sin consenso, sin grandes ambiciones y sin texto final antes de que comenzase el pleno. Como se llevaba barajando todo el día, se barajaba una subida en las contribuciones de los países desarrollados de los 250.000 millones de dólares del borrador a 300.000 millones anuales hasta 2035. Y así fue.
Esta cifra, sin embargo, aún queda muy lejos de lo que los países más vulnerables necesitarían para mitigar y adaptarse al cambio climático. Los mecanismos para conseguir los 1,3 billones de dólares anuales que piden los pequeños Estados insulares y las naciones menos desarrolladas, según el texto final, se debatirán durante el año que queda hasta la próxima COP.
Esta tímida victoria se consiguió después de que, en la tarde del sábado, dos grupos de países decidieron abandonar la mesa de negociación: los Pequeños Estados Insulares y las naciones menos adelantadas se han negado a aceptar las condiciones impuestas por los más ricos.
Desde su punto de vista y su especial vulnerabilidad, estos países aseguraron estar viviendo una suerte de tomadura de pelo. Eso sí, en un comunicado insistieron en que su pequeña performance no significaba que dejasen de negociar. Simplemente, se habían cansado de escuchar propuestas que no avanzaban en el nuevo objetivo de contribución. Y su retirada, parece, habría servido más bien de poco.
Claves de financiación
300.000 millones de dólares al año para 2035. Hasta esa cifra se ha elevado el objetivo básico de financiación climática para ayudar a las naciones en desarrollo a hacer frente a la crisis medioambiental. A pesar de estar lejos de lo idóneo, el texto incluye más referencias a los países menos adelantados y a los pequeños Estados insulares, incluso habla de «considerar medidas para aumentar la financiación» a estos últimos.
Los países desarrollados «tomarán la iniciativa». Otros tendrán sus esfuerzos voluntarios reconocidos.
1,3 billones de dólares. Este objetivo sigue vivo. El texto hace un llamamiento a «todos los actores» para que trabajen juntos con el fin de aumentar al menos a 1,3 billones de dólares en financiación de fuentes públicas y privadas para 2035.
China, India, Arabia Saudí y los países del Golfo. El papel de estas economías, las principales emergentes que no se consideraban arrolladas cuando comenzaron las cumbres del clima en la década de los 90, es controvertido. El texto «alienta a los países en desarrollo a que hagan contribuciones voluntarias».
Los bancos multilaterales de desarrollo. El texto indica que las partes pueden contar con «pérdidas relacionadas con el clima» y «financiamiento climático» movilizados por estos bancos para alcanzar el objetivo de inversión de 300.000 millones de dólares.
Mitigación + financiación. El texto recomienda que la financiación debe ir de la mano de medidas de reducción de emisiones «significativas y ambiciosas» al igual que de adaptación.
¿Y los combustibles fósiles?
El texto aprobado obvia uno de los temas más mencionados durante las dos semanas de negociaciones: la eliminación paulatina de combustibles fósiles y la transición hacia energías limpias. La mayoría de los países pedían esta puntualización, aunque parece que Arabia Saudí y los petroestados —en contra de esta especificación— han ganado la batalla.
Si bien es cierto que se reafirma en el compromiso adquirido con el Acuerdo de París de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero —provenientes en su mayoría de las energías sucias—, le da un estatus especial al gas. El texto se refiere a este tipo de energía fósil como «combustible de transición», necesario para «asegurar la seguridad energética».
Una (mini) victoria
Lo que sí se vivió esta noche la COP29 ha sido un pequeño logro: un acuerdo sobre los mercados de carbono que se queda corto, pero que llevaba enquistado casi un lustro
Los detalles y especificaciones de este primer paso hacia un pacto multilateral se negociarán el año que viene en Brasil. Aunque al menos, como ya se explicó en ENCLAVE ODS, por primera vez en años el melón del artículo 6 del Acuerdo de París se abría en Bakú.
El artículo 6 es fundamental para marcar las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés). Es decir, las hojas de ruta de cada país para descarbonizarse, que serán el punto clave de las negociaciones de la COP30.
Así, se dan los primeros pasos para establecer un mecanismo importante que proporciona financiación climática a los países en desarrollo y un mercado de carbono que, si se pone en marcha, podría seguir funcionando incluso si Estados Unidos retirase su apoyo al Acuerdo de París.
Indignación en la COP
Todas estas pequeñas victorias llegaron en una cumbre del clima en la que se ha acusado a los petroestados de manipular las reglas del juego. Por ejemplo, tal y como recoge EFE, la ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, acusaba este mismo sábado a los Estados petroleros de «juegos geopolíticos» y de maniobras «engañosas». El tablero de juego de estos Estados, añadió Baerbock, son «lamentablemente los países más pobres y vulnerables».
Durante la tarde del sábado, The Guardian también alertaba de que un delegado de Arabia Saudí había manipulado el texto que se estaba negociando en la COP29. En concreto, había modificado párrafos referentes a la transición hacia energías limpias. Por suerte, la presidencia pudo subsanar rápido esta manipulación y continuar las negociaciones.
Fuente: https://www.elespanol.com/
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