La contaminación por plásticos ha llegado a niveles alarmantes y a los lugares más inesperados, por ejemplo, el cuerpo humano. Diversos estudios han encontrado fragmentos plásticos al analizar muestras de placenta, hígados, pulmones, riñones e, incluso, en los aparatos reproductores. Ahora, un estudio reciente ha descubierto que la presencia de microplásticos en el tejido cerebral es alarmante.
Estos hallazgos han llevado a investigadores de diversos países a solicitar acciones urgentes contra la contaminación plástica, misma que ya no sólo afecta el medio ambiente, sino que también se está convirtiendo en un riesgo para la salud humana, ya que estamos expuestos a estas partículas y a los químicos que utilizan para fabricar plásticos mediante los alimentos que consumimos, el agua, incluso embotellada, el aire y hasta el polvo.
Las micropartículas de residuos plásticos han invadido todo y, aún así, no existen regulaciones sobre microplásticos en alimentos o en el agua, ni los gobiernos han tomado acción para enfrentar este potencial riesgo que ha llegado incluso a nuestros cerebros. ¿Qué repercusiones pueden tener esto en nuestro organismo? ¡Te decimos, a continuación!
Hallan microplásticos en el tejido cerebral: Estudio
Uno de los últimos estudios sobre microplásticos en el cuerpo humano, que ha sido publicado en formato digital en la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos del Instituto Nacional de Salud de dicho país, ha revelado que existe una concentración de microplásticos en el cerebro que resulta preocupante.
Dicha investigación encontró que 24 muestras de cerebro recolectadas a principios de 2024 contenían aproximadamente un 0,5 % de plástico en peso, un descubrimiento que fue considerado como algo “alarmante” por parte de los científicos involucrados, como Matthew Campen, de la Universidad de Nuevo México quien expresó lo siguiente:
«Es bastante alarmante. Hay mucho más plástico en nuestros cerebros de lo que jamás hubiera imaginado o aceptado». Matthew Campen, de la Universidad de Nuevo México.
Por si fuera poco, los investigadores revisaron 12 muestras de cerebro de personas que padecieron demencia o Alzheimer. El resultado fue que estas personas tenían hasta 10 veces más microplásticos en peso que una persona mentalmente sana. Este dato sugiere que podría haber una relación entre las enfermedades mentales y la existencia de estas partículas en el cerebro. El documento señala que este órgano tan importante para el funcionamiento del cuerpo humano y sus funciones vitales es “uno de los tejidos más contaminados por plástico muestreados hasta ahora”, mientra que Campen, quien dirigió el estudio, mostró su inquietud por la falta de evidencia respecto a los riesgos que esto representa para la salud:
«No sé cuánto plástico más puede almacenar nuestro cerebro sin que cause problemas» Matthew Campen, de la Universidad de Nuevo México.
Más tiempo, más microplásticos, más contaminación en el cuerpo humano…
El estudio aludido indica que no sólo hay plástico en el cerebro, sino que la cantidad microplásticos en el tejido cerebral ha aumentado con los años, ya que las cantidades presentes en las muestras de 2024 son 50% mayores que lo que se observó en 2016, por lo que la contaminación por plásticos en el cuerpo humano ha ido aumentando a un ritmo similar que el del medio ambiente, afirmó Campen:
«Se puede trazar una línea: va aumentando con el tiempo. Es coherente con lo que se observa en el entorno» Matthew Campen, de la Universidad de Nuevo México.
Por su parte, Almroth, de la Universidad de Gotemburgo, dijo a The Guardian que los microplásticos ya habían sido vistos en los cerebros de diversas especies animales, según muchos estudios, por lo que su presencia en el cerebro humano no es extraña. Asimismo, agregó que «la barrera hematoencefálica no es tan protectora como nos gustaría pensar», mucho menos cuando se trata de estas partículas plásticas, es decir, que las membranas que se encargan de evitar que agentes externos lleguen al sistema nervioso no es suficiente para resguardar nuestro cerebro de los microplásticos.
¿Cómo afectan los microplásticos la salud?
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha dicho en un comunicado que, hasta el momento, los microplásticos no representan un riesgo para la salud:
“La evidencia científica actual no demuestra que los niveles de microplásticos o nanoplásticos detectados en los alimentos representen un riesgo para la salud humana” FDA en un comunicado.
Leonardo Trasande, investigador médico en la Universidad de Nueva York, subraya que aún no se conocen completamente los efectos de la acumulación de microplásticos en la salud humana. Sin embargo, advierte que los riesgos asociados con los químicos utilizados en los plásticos, como los ftalatos, están bien documentados. Trasande coautorizó un estudio que reveló que la exposición a los ftalatos está relacionada con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y mortalidad en Estados Unidos, lo que resulta en pérdidas de productividad superiores a los 39.000 millones de dólares anuales. El académico señala que estas partículas pueden fungir como transportadores de sustancias peligrosas para la salud:
“Los micro y nanoplásticos pueden servir como transportadores efectivos de sustancias químicas tóxicas». Leonardo Trasande, investigador médico en la Universidad de Nueva York.
Aunque no hay evidencia contundente sobre las consecuencias de la presencia de microplásticos en el tejido cerebral, u otros órganos humanos o animales, algunos estudios han empezado a señalar ciertos riesgos, tales como estrés oxidativo, el cual genera daño celular e inflamación, además de enfermedades cardiovasculares.
Otros investigaciones hechas en animales relacionan estas partículas con problemas de infertilidad, cáncer de diversos tipos y alteraciones en el sistema endocrino e inmunológico, así como el deterioro del aprendizaje y la memoria.
Por todo ello, los expertos sugieren que las personas deberían intentar reducir su exposición a estos plásticos. Entre sus recomendaciones figura evitar el uso de utensilios de plástico al preparar alimentos, especialmente al cocinarlos en el microondas; optar por agua del grifo en lugar de agua embotellada; y minimizar la acumulación de polvo, que puede contener plásticos. Algunos investigadores también aconsejan reducir el consumo de carne, particularmente productos procesados.
El tratado para el combate de la contaminación plástica que impulsa la ONU aún está en negociaciones, pero, sin duda, uno de los puntos fundamentales que debería abordar es la regulación de microplásticos en los alimentos y bebidas, para evitar que mayores cantidades de estos residuos lleguen a nuestro organismo y pongan en riesgo nuestra salud.
Fuente: https://www.expoknews.com/
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