Una vez promulgada la reforma tributaria a fines de septiembre del año pasado, uno de los primeros tributos en comenzar a operar fue el denominado “impuesto verde”. Dicho gravamen aplica para la venta de vehículos motorizados nuevos, livianos y medianos, cuyos compradores deben pagar por una sola vez un impuesto adicional.

El impuesto, calculado en base a los niveles de rendimiento urbano, la emisión de óxidos de nitrógeno y el precio de venta, comenzó a aplicarse el 29 de diciembre pasado y busca recaudar unos US$ 98 millones este año, según el informe financiero de la reforma. Sin embargo, con nueve meses de implementación, la meta está lejos de alcanzarse.

Según datos de la Tesorería General de la República, entre enero y septiembre el tributo ha enterado US$ 38 millones a las arcas del Fisco, alrededor de un tercio de lo que esperaba el Ministerio de Hacienda.

El titular de la repartición, Hernán Frigolett, reconoce que eventualmente la meta de recaudación podría no alcanzarse, a pesar de la mayor actividad registrada en los últimos meses.

¿La razón? Muy simple, dice el tesorero: el cálculo de importación de vehículos nuevos con que se diseñó el informe financiero tomaba como base los años 2012 y 2013, en que se internaron alrededor de 370 mil unidades en el marco de una economía creciendo sobre el 4%. Hoy, la situación es mucho más estrecha, con un Producto creciendo al 2% e ingresos de dichos bienes durables en torno a las 191 mil unidades.
Datos de la Tesorería indican que el promedio pagado por el tributo es de $ 161.000, con un universo de 150 mil vehículos que han sido gravados a la fecha. En el mismo período, hay casi 42.000 medios de transporte que están exentos de pago al ser vehículos comerciales. El tributo sólo grava el transporte de uso particular.

“Si se importaran unos 300 mil vehículos -el top de cualquier año-, no llegaríamos a más de $ 48.000 millones (US$ 67,2 millones) con el promedio de $ 161.000 que se está pagando por vehículo hoy. Puede ser que ha cambiado mucho la estructura de lo que se importa, pero con ese promedio de recaudación, yo no me hago cargo de la proyección del informe de Hacienda”, señala Frigolett.
El tesorero plantea que la recaudación esperada está “un poco sobre estimada”, argumentando que hay dos efectos que podrían estar impactando en los ingresos por el tributo: que las importaciones están siendo más bajas que los años peak y que la composición de los vehículos ingresados al país ha cambiado, siendo “más baratos” debido a la desaceleración.

“La situación económica es muy diferente hoy y es muy probable que la proporción de autos caros -sobre los $ 30 millones- es menor que en años anteriores. El cálculo está afecto a muchas restricciones, partiendo por la cantidad de automóviles que se incorporan al parque. Este año la importación de vehículos llegará a los 250 mil, más de 100 mil menos que en años anteriores”, señala Frigolett.
“Este año probablemente estaremos llegando a una recaudación algo superior a los US$ 49 millones ($ 35.000 millones). La meta de recaudación supondría mantener constante todos los años la importación de 370 mil vehículos, algo que ninguna ciudad resistiría”, advierte.

Gravamen se incrementa 50% desde el próximo año
A partir de 2016, el impuesto verde se incrementa en un 50%, al pasar la base de cálculo desde un factor 60 a 90 el componente variable del óxido de nitrógeno en el gravamen.
Para 2017, en tanto, se aplicará una nueva alza de 50% en dicho componente de la fórmula, ubicando el factor en 120.
“Todo esto afecta principalmente a los vehículos diésel”, dice la autoridad.

Fuente: http://www.chiledesarrollosustentable.cl/