¿Son la energía nuclear y el gas inversiones sostenibles? Claramente no

El pasado 6 de julio, el Parlamento europeo dio luz verde a que la Taxonomía considere el gas y la energía nuclear como «sostenibles», a pesar de las elevadas emisiones del gas natural y de los residuos radiactivos producidos por la energía nuclear. Con 328 votos a favor del gas y la nuclear y 278 en contra, la votación dejó patente que una parte importante del Parlamento Europeo ha visto que con esta decisión queda en entredicho la coherencia y credibilidad de los compromisos asumidos en los foros internacionales para luchar contra el calentamiento global y promoviendo una transición energética real.
Las opiniones contrarias de los técnicos designados por la propia UE durante todo el proceso, las movilizaciones de activistas y todo el movimiento de las finanzas éticas no han sido suficientes para evitar esto que, a nuestro juicio, es una incoherencia increíble.
Lo que la taxonomía* pretende dejar claro a las entidades y personas inversoras es qué es una inversión verde y qué no lo es. Con esta decisión, se corre el riesgo de canalizar miles de millones de euros de inversiones hacia estas fuentes de energía perjudiciales para el planeta y alejarlas de las renovables, realmente sostenibles.
De hecho, numerosos análisis técnicos -empezando por el del Grupo de Expertos designado por la propia Comisión Europea- coinciden en afirmar que el gas y la energía nuclear no pueden considerarse sostenibles: el uso del gas es incompatible con la consecución de los objetivos climáticos y la energía nuclear vulnera el principio de inocuidad por el derroche y el riesgo de accidentes que no se pueden restablecer.
Parece chocante que estas energías se puedan considerar sostenibles cuando su huella es mucho mayor que la de las renovables. Ejemplos de energías renovables hay muchos, como la geotermia, la eólica, la solar o la energía oceánica, y ninguna saldrá beneficiada con la decisión tomada.
Apostando por la lucha contra el cambio climático
Ahora más que nunca no podemos permitir seguir apoyando las energías contaminantes. La emergencia climática, la guerra de Ucrania y la subida vertiginosa del precio del gas dejan claro que debemos dar el paso de forma urgente a fuentes de energía limpias, baratas, abundantes y locales.
Seguiremos trabajando para conseguir una taxonomía realmente sostenible. Estaremos al lado de las entidades ecologistas como WWF o Greenpeace que también creen que esta votación es incompatible con el reglamento de la Taxonomía, y que están estudiando la posibilidad de llevarlo a los tribunales como último recurso para detener este greenwashing y proteger la credibilidad de toda la Taxonomía de la UE.
De hecho, el artículo 19 de la Taxonomía europea exige que sus criterios se basen en la ciencia, que no den un trato especial a determinadas tecnologías y sean fácilmente verificables. Sin embargo, los criterios sobre el gas del nuevo acto delegado incumplen cada uno de estos requisitos y, por lo tanto, son incoherentes con el reglamento de la Taxonomía. Por este motivo organizaciones ecologistas están estudiando impugnar el acto delegado en los tribunales.
Desventajas para el país y para el planeta
El uso y desarrollo de energías renovables ayuda a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que sufre el planeta. Y además, a día de hoy la producción de energía solar y eólica ya es más barata que la extracción de carbón o gas en la mayoría de los países. Por lo que una apuesta por las renovables, además de dejarnos menos emisiones, proporciona una energía más barata. Pero la nueva taxonomía pone a la energía nuclear y la procedente del gas natural al mismo nivel que las renovables.
Desde el grupo Banca Etica lamentamos profundamente la decisión tomada por el Parlamento Europeo. Creemos que es una gran operación de greenwashing, una tomadura de pelo para los inversores que creen en la transición ecológica. Está en riesgo anular el largo camino ya recorrido hasta ahora por el Plan de Acción para las finanzas sostenibles en el marco del Pacto Verde Europeo.
Hemos dejado claro que excluir el gas y la energía nuclear de las inversiones sostenibles no habría significado impedir la financiación de estos sectores, que podrían haber seguido recaudando fondos sin la etiqueta de «sostenibles».
Seguiremos marcando nuestra diferencia con respecto a quienes proponen como “verdes” productos financieros que contengan emisores pertenecientes a sectores y actividades que consideramos altamente nocivos o contaminantes, ahora también con la validación de la UE.
Incluir el gas y la energía nuclear entre las inversiones sostenibles es dar marcha atrás en el camino europeo para regular las finanzas sostenibles. El futuro de la energía y la independencia energética de Europa está en el desarrollo de las renovables. Por ello, las finanzas éticas siguen invirtiendo con convicción en energías limpias..
*La Taxonomía es un instrumento que tiene como objetivo establecer los criterios para clasificar si una actividad económica es ambientalmente sostenible, a efectos de que los participantes en los mercados financieros y las empresas puedan identificar el grado de sostenibilidad de una inversión.
Fuente: https://diarioresponsable.com/
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