Universidad y sociedad civil: Un diálogo necesario para la sostenibilidad
Los debates sobre el concepto de sociedad civil han sido complejos, enredándonos en discusiones sobre la pertenencia de este colectivo organizado al Estado, su autonomía en el desempeño de sus actividades y su respuesta limitada por el liberalismo global y la interdependencia mundial.
Al tomar cierta distancia, emerge una definición más clara: la sociedad civil se basa en la interrelación del poder y un diálogo permanente con las instituciones estatales, con la responsabilidad de construir democracia como hábitat natural. En esta última tarea, en la de construir una sociedad democrática desde la universidad se centra el papel de la sociedad civil que se quiere señalar en este artículo.
La universidad va mucho más allá de generar o transmitir conocimiento teórico. Si bien se reconoce ampliamente su papel en la construcción de profesionales, de ofrecer sentido común para solucionar problemas y de generar nuevas preguntas y planos de realidad para impulsar la investigación básica, la universidad también comparte la naturaleza política y social del conocimiento, que es a su vez, resultado de un contexto. El proceso de producir y transmitir conocimiento se da en la sociedad de forma colectiva por eso la sociedad civil está imbricada en la universidad y la universidad debe dialogar con ella y reforzar su capacidad crítica y compromiso.
Con ese espíritu se busca el diálogo entre la universidad y la sociedad civil. Se trata de producir una realidad que permita enfrentar las distintas crisis que han irrumpido en los últimos años. Los desafíos ante las numerosas catástrofes relacionadas con el calentamiento global, incluyendo la pandemia y las guerras, que han impactado sobre las distintas transiciones ecológica, digital o sociopolítica, aumentan el interrogante de la justicia y la sostenibilidad. En este contexto de policrisis, de crisis interconectadas que se refuerzan entre sí, se precisa más que nunca esta conversación entre universidad y sociedad. Porque a pesar de que la ciencia ha desarrollado enormes habilidades para detectar y medir los distintos escenarios de futuro, de contar con más información que nunca, no encuentra las respuestas que estén a la altura de la situación. Los plazos para hacer frente al colapso ecológico se acortan mientras las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando. Todos los indicadores de destrucción medioambiental están empeorando, y las respuestas no son válidas si no son justas, si traen más desigualdad y pobreza.
En términos de distribución de la riqueza, nuestro mundo nunca ha sido tan desigual como hoy y, a pesar de algunas iniciativas relevantes para tasar a los super ricos, no encontramos medios para poner límites a las fortunas astronómicas y a la influencia de un puñado de personas y de empresas transnacionales. Todo ello tiene graves efectos sobre las decisiones que tomamos y hace que sean más necesarios que nunca, pactos para un desarrollo sostenible inclusivo y feminista en los que intervenga una universidad transformadora.
Con este propósito nació hace 13 años la Red Española de Estudios del Desarrollo (REEDES). Se trata de una red académica, interdisciplinar, especializada en la investigación y la docencia en temas de desarrollo y cooperación internacional. Centrada en la promoción de los estudios del desarrollo a través de la investigación, formación, el trabajo en red y la cooperación con instituciones afines, REEDES integra una sociedad civil compuesta por 34 instituciones vinculadas con el desarrollo y más de 270 socias y socios individuales. En estos años se h conseguido compartir una plataforma virtual para el intercambio e impulsado la edición de la Revista Iberoamericana de Estudios del Desarrollo, en colaboración con la Cátedra de Cooperación Internacional de la Universidad de Zaragoza. Cada dos año, REEDES organiza un congreso académico interdisciplinar en el que se presentan y defienden procesos y resultados de las investigaciones en el ámbito del desarrollo. Se han creado grupos de trabajo por ámbitos específicos y entre sus actividades, destaca la de premiar la calidad en distintos ámbitos del conocimiento entre los jóvenes investigadores. REEDES persigue como fin último poner en valor la investigación y la docencia en temas de desarrollo y cooperación internacional para el desarrollo en constante diálogo con la sociedad civil.
Una sociedad civil democrática necesita acceder al conocimiento para prosperar, ganar libertad y conseguir justicia. La universidad debe impulsar y facilitar ese proyecto político de convivencia soportado por el respeto de la dignidad y de los derechos humanos de las personas y así garantizar la sostenibilidad económica, social y medioambiental. En este sentido, la universidad debe perseguir la educación como un bien público donde evitar que se reproduzcan sesgos que puedan impedir este diálogo con la sociedad civil.
Por Katya Cascante
Fuente: https://diarioresponsable.com/
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