Blockchain, la tecnología que hay detrás de bitcóin y del resto de criptomonedas está ganando fuerza como tecnología disruptiva. Algunos incluso la consideran destinada a generar un cambio profundo, no solo en el entorno económico, sino en la sociedad en general.
La conversación mediática que se ha generado —sobre todo en torno a bitcóin— puede llevarnos a pensar que se trata de una tecnología ya muy instaurada, pero en realidad acaba de comenzar. Aún es pronto para saber dónde nos conducirá o cuál será su impacto. Sin embargo, merece la pena reflexionar sobre las posibilidades e implicaciones, no tanto de bitcóin, sino de blockchain. José Mínguez, responsable de innovación en Endesa Energía explicaba durante la jornada organizada por Correos Labs como sus posibilidades van mucho más allá de las transacciones económicas.
La tecnología blockchain o de cadena de bloques es una base de datos secuencial donde las transacciones se legitiman solo si la mayoría de nodos en que está distribuida está de acuerdo. Permite que cualquier intercambio de información o datos que tenga lugar en la red pueda darse en condiciones de gran seguridad, transparencia e inmutabilidad. Además, la información no puede ser borrada y todo queda registrado en la cadena. Os dejamos un esquema en el que se explica de manera bastante clara cómo funciona esta cadena de bloques.
Lo que hace tan atractiva la tecnología blockchain es precisamente este potencial para restaurar la confianza, un activo que, como sabéis, es extremadamente valioso en el contexto actual. De hecho, una de las razones por las que el fenómeno se ha disparado ahora, tras permanecer unos años en stand by desde el nacimiento de las primeras criptomonedas, podría ser el declive en la confianza que venimos viendo en los últimos años, tal y como aseguraba Edelman en las anteriores ediciones de su Barómetro de Confianza. Pongamos por ejemplo las fake news, a todos os suena el término y seguro que os plantea las mismas preguntas que a nosotros: ¿de quién puedo fiarme? Este año vimos en el Barómetro que la inseguridad a la hora de operar en la red también ha aumentado y los ciberataques comienzan a considerarse un riesgo real para organizaciones y personas.
Se presentan oportunidades enormes y retos que, cuanto menos, son emocionantes. Como apuntaba José Mínguez, es responsabilidad de cada organización determinar de qué manera esta herramienta podría ayudar a su labor, si es que podría hacerlo, teniendo siempre presente cuál es su papel en la sociedad. Son muchas las empresas —sobre todo las más grandes— que ya han emprendido proyectos de investigación e innovación, como el Endesa Blockchain Lab, una iniciativas que permite a las organizaciones mantenerse al corriente del avance tecnológico, y si llega el momento, estar preparados para reaccionar con rapidez.
No queremos extendernos más y sin embargo, queda mucho por decir, por eso os recomendamos que, si os interesa ampliar información sobre el tema, echéis un vistazo a este artículo de Deloitte sobre como este tipo de tecnología da todavía más valor a la reputación como un recurso muy útil que debemos aprender a gestionar.
Fuente: http://blog.corporateexcellence.org
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