El proyecto ‘Latitude’, iniciativa que nació en septiembre integrada por nueve personas, busca impulsar el cambio en la moda hacia un nuevo concepto en el que la sostenibilidad se incorpore a todas las fases del proceso: desde la confección, en los talleres; hasta el propio tejido, pasando por las prácticas de las marcas y los hábitos en las compras de los clientes. ‘Latitude’, cuyo centro de trabajo se ubica en la Cidade da Cultura, está liderado por María Almazán y en él participan otros responsables como Fernando Gago, en el apartado de estrategia; Pedro Aizpún, en marcas; Patricia Soto, en calidad; Elisabeth Muñoz, en el departamento creativo y Lucía Neira, en el de comunicación.
Inditex basándose, por un lado en el liderazgo en costes, y por otro en la diferenciación, potenciado por la constante renovación de prendas, el concepto de mini-colecciones, y el conocimientodel consumidor, revolucionó la forma de vender ropa en las últimas décadas. El resto del sector textil lo siguió con más o menos éxito.
En los años 90, la llamada “democratización de la moda” protagonizada por todas las grandes marcas, trajo también uno de los mayores problemas con los que se encuentra el sector en su conjunto, la deslocalización de la producción, establecida desde hace años en países como China, India o Bangladesh dónde no sólo tiene una altísima huella ecológica por la necesidad de desplazar esos productos miles de kilómetros sino que tanto los estándares de derechos humanos, laborales, ecológicos, respeto con el medio ambiente, no son los mismos, son más fáciles de incumplir y mucho más difíciles de controlar. El sector ha tomado medidas para que esto no ocurra, pero no siempre con éxito. Hace un mes hemos leído en estas mismas páginas una serie de artículos escalofriantes sobre “Lo que hay detrás del made in Bangladesh”.
El corazón de Latitude es su red de talleres, situados en Galicia, en los que no sólo se cuida la calidad, sino también a las personas que están detrás de las prendas, y se contribuye a la recuperación de un sector estratégico. En este sentido, Latitude se proponer ser una herramienta de facilitación a las marcas que quieren producir aquí con unos estándares de sostenibilidad.
Latitude
El gran desafío es posibilitar una producción textil de forma responsable y sostenible; que se produzca cerca del consumidor para evitar la alta contaminación del transporte, con tejidos y tintes respetuosos con el medio ambiente, y en talleres con condiciones laborales dignas. Todo esto lo está afrontando y de forma admirable, Latitude. Una empresa española, y para más inri gallega, que está liderando este movimiento en Europa.
Como dice María Alamazán, socia fundadora: “Latitude nace con un claro objetivo: que la relocalización de producciones textiles de calidad sea un hecho en Europa, que se pueda hablar de un nuevo concepto de taller, de ecología y moda, de consumo consciente, de alta calidad y de diseño top. De producción hecha en Europa entendiendo que la sostenibilidad es el camino. Queremos ser el centro de referencia para producciones de moda sostenible, que se sepa que en España tenemos la herramienta que necesitan, la solución, la nueva manera de hacer moda”.
Para ello, actúan en todos los eslabones de la cadena de valor de la industria textil. “Creemos que la forma de recuperar la industria es añadiendo nuevos valores, como la innovación y la sostenibilidad”. Latitude ayuda a las marcas a desarrollar productos sostenibles y las acompaña en todas las fases del proceso, desde el concepto y diseño, pasando por la elección de los materiales más adecuados entre los proveedores más punteros y la confección en la red de talleres en proximidad con sello Latitude, hasta llegar a la prenda acabada, su comunicación, embalaje y su posconsumo.
Para ello trabaja en todos los eslabones de la cadena de la producción textil; los tejidos, el diseño, los talleres, la organización de la producción y el consumidor. Tanto en forma de consultoría a las firmas, grandes y pequeñas, como con su propio sello como ejemplo. Para ello, ha creado la marca Latitude cuya colección sale justo después de verano mostrando a las empresas cómo en la práctica se puede generar un modelo de negocio viable con estos parámetros, liderando este cambio sistémico desde el ejemplo.
Los talleres
Como he dicho anteriormente, por mucho que las marcas quieran volver a producir en España, se encuentran con un tejido roto de pequeños talleres, que no trabajan en red, y que no pueden dar a las marcas una solución llave en mano como en Asia. Para ello, se necesita regenerar el tejido textil europeo. A nivel de creación o rehabilitación de talleres existentes, y convirtiéndolos en lo que Maria, recientemente nombrada emprendedora de Ashoka 2016, llama talleres 4.0, en los que no sólo se cuida el producto, sino también a las personas que lo confeccionan y al medio ambiente.
En la actualidad Latitude, cuenta con una red de cinco talleres que producen bajo sus estándares de sostenibilidad y responsabilidad en España y otros 15 identificados en toda Europa que podrían constituir el primer ecosistema de producción “Latitude”. Talleres con mayor bienestar en el trabajo, con zonas verdes, mobiliario de bajo impacto medioambiental, zonas de descanso y optimización de líneas de confección, facilitando la fluidez en el trabajo y contribuyendo a que las personas se sientan orgullosas de lo que hacen.
En este momento, están además creando el primer taller social Latitude para dar empleo a mujeres en riesgo de exclusión con niños a su cargo. Este proyecto, que ya cuenta con el apoyo de importantes empresas, se pondrá en funcionamiento en cuatro o cinco meses en el barrio de Entrevías en Madrid. En él trabajarán inicialmente 20 mujeres en riesgo de exclusión haciendo inicialmente lo que María denomina “cuadrados de tela que cambian vidas”. Estos cuadrados son más fáciles de producir por lo que se puede poner en marcha el taller más rápidamente y tienen muchas aplicaciones en cojines, servilletas o paños de cocina.
La materia prima
Los tejidos que se usan para fabricar las prendas también tienen que ser seleccionados con sumo cuidado. María siempre cuenta cómo se puede saber cuál es el color de moda de la temporada mirando el color del agua de los ríos de los pueblos de India o Bangladés. Por eso, a nivel de tejidos, tienen una alianza con la plataforma internacional C.L.A.S.S., de la cual son representantes en España. El showroom Latitude & C.L.A.S.S. reúne las últimas tendencias en materiales sostenibles, más de 700 referencias de materiales textiles de proveedores internacionales seleccionados y realizados y tintados con procesos sostenibles. Asegurados de principio a fin.
Las marcas
Pero no sólo es necesario cambiar los tejidos de las prendas, cómo se producen y dónde. Para, de verdad, tener una prenda sostenible y responsable en la tienda hay que cambiar aspectos del proceso de selección, diseño y compra de las marcas. Como nos cuenta María: “No sólo vale elegir un tejido sostenible hay que saber trabajar con él”. Para ello también forman a los diseñadores de las grandes multinacionales y a los nuevos que salen del IED (instituto Europeo de Diseño) en Madrid. Elaborando un diseño basado en la calidad y la reutilización productiva, cíclicamente, no de modo lineal, con materiales sostenibles y reduciendo al mínimo el material de desecho. “Hay que cambiar la forma de pensar. Diseñar con tejidos ecológicos no es aburrido y con opciones limitadas. Lo sostenible no reduce las opciones, sino que las amplía, y ofrece a los diseñadores nuevos retos creativos y conceptuales”.
Además el proceso de compra necesita adaptarse este nuevo ecosistema siendo necesario además la puesta en marcha de estrategias de sostenibilidad en toda la actividad de la empresa, desde la forma de trabajar al empaquetado. Para ello imparten formación a equipos de grandes marcas de moda en estos aspectos.
No es fácil y no se puede hacer de la noche a la mañana, ni en toda la empresa al mismo tiempo. Por eso, les ayudan a identificar las áreas de actuación más abordables para luego ir extendiéndose al resto de la operación. Alrededor de 20 marcas ya están produciendo en los talleres Lalitude, de ellas 8 son españolas. Y no se trata de diseñadores noveles con colecciones pequeñas, sino también de marcas grandes y de reconocido prestigio que, poco a poco, empiezan a experimentar con esta nueva forma de producir.
El consumidor
El consumidor tiene un rol clave. “Esta es una responsabilidad compartida de las industrias y de los consumidores y la gente tiene que pedir este cambio. Y tiene que entender que detrás las ropa hay personas”, opina Maria Almazán. Si los consumidores no demandamos este tipo de ropa y cambiamos nuestros hábitos de consumo, nadie la producirá. Con el propósito de facilitar esta tarea al consumidor, Latitude ha creado un sello que identificará las prendas que se han producido bajo los estándares comentados. Ira cosido en la prenda y reflejará que se ha generado y producido con sus parámetros: producido en talleres certificados 4.0, con tejidos sostenibles, de forma responsable con el medio ambiente y dentro de un proceso consciente y de acuerdo con esta filosofía. Quieren crear un movimiento alrededor de este sello, que los usuarios estén orgullosos de llevar la prenda: por estar apoyando la economía local, evitando el maltrato laboral, cuidando el medio habiente y contribuyendo a esta revolución en la industria textil. Toda una exposición de convicciones. Se trata, en palabras de Almazán, de “conseguir marcas orgullosas de sus talleres, talleres orgullosos de su trabajo y consumidores orgullosos de sus prendas”.
María no está sola en esta gran revolución del sector textil, otras empresas y movimientos están también remando en esta misma dirección. De ellos, hablaremos en otro artículo.
La moda sostenible y responsable está mucho más cerca de lo que imaginamos.. ahora sólo queda que todos nos impliquemos y empujemos en la misma dirección.
Fuente: http://www.seresponsable.com
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