Organizaciones responsables y resilientes

Organizaciones responsables y resilientes

Si se hiciera una encuesta pidiéndole opinión a la gente acerca de la importancia de la RS en las organizaciones, la inmensa mayoría declararía que se trata de algo ineludible.

Muchos estarían de acuerdo con que se incluyera, como parte de los programas de RS, la promoción de pautas de vida saludable, el respeto hacia todas las personas independientemente de su condición, el cuidado del ambiente, etc.

Si, en cambio, se agregara una nueva pregunta -“¿Qué ha hecho usted, en el último mes, para colaborar en alguna de estas acciones dentro o fuera de su organización?”- un amplio porcentaje de respuestas estaría conformado por puntos suspensivos.

Queremos mejorar el mundo pero, a veces, creemos que el fruto de nuestra intervención será tan magro que no valdrá la pena el esfuerzo. O no sabemos cómo ayudar ni cómo pedir ayuda. O nos frustramos ante la primera dificultad…

Resiliencia frente a la incertidumbre

Son ocho millones y medio los resultados que aparecen hoy cuando googleamos la palabra “resiliencia” (capacidad para afrontar la adversidad). Sin embargo, que en la última década ese término proveniente de la física -en su momento, muy novedoso- haya alcanzado cierta popularidad, no implica que tengamos en claro de qué estamos hablando cuando nos referimos a organizaciones resilientes.

Hay conceptos que de tanto ser utilizados en ámbitos distintos, generan ciertos cuestionamientos, reflexiones y reescrituras. Y es deseable que así suceda.

Los participantes de la Diplomatura Int. en Responsabilidad Social y Resiliencia (UdeMM)* crean proyectos de RS basándose en la noción de resiliencia, entendiéndola como un proceso dinámico universal e interactivo que permite desarrollarse aún en un medio poco propicio.

Las organizaciones atraviesan estados óptimos de resiliencia cuando sus integrantes:

-Se adaptan, de un modo activo, a los cambios.

-Conocen sus fortalezas y debilidades.

-Desempeñan su rol con honestidad.

-Se recuperan luego de una crisis.

-Están preparados para minimizar los costos resultantes.

-Trabajan en redes interdisciplinarias.

-Aprenden de los demás y de sus propios errores.

-Transforman las amenazas en oportunidades.

-Se sienten satisfechos de formar parte del equipo.

-Son innovadores.

-Se comportan de manera solidaria unos con otros.

-Escuchan las necesidades de su entorno …

Escuchar, afrontar las crisis y construir

 En uno de los pasajes de la novela “La reina Ginga” del angolés José Agualusa (2018), un mono ve a un pez retorciéndose en el agua y se enorgullece de sí mismo cuando decide sacarlo al aire para “rescatarlo”. Incoherencias como éstas pueden surgir cada vez que se intenta resolver una necesidad ajena desde la perpectiva personal, sin ponerse en el lugar del otro (cliente, usuario, paciente, empleado, comunidad), sin comprenderlo.

El autoconocimiento, la iniciativa, los buenos vínculos (caracterizados por la empatía) y el sentido de pertenencia -cuatro de los pilares resilientes fundamentales- favorecen la continuidad de los proyectos a lo largo del tiempo, a pesar de los obstáculos externos o los imprevistos.

Cuando las organizaciones logran un alto nivel de resiliencia, los proyectos de RS prosperan. A su vez, la resiliencia organizacional se fortalece en la medida en que quienes los lideran escuchan a sus stakeholders para brindar respuestas apropiadas y confían en la huella -tal vez mínima, pero positiva – de sus acciones.

*La 8° edición de la Diplomatura Interdisciplinaria en Responsabilidad Social y Resiliencia se dicta en la Univ. Privada UdeMM a partir de Marzo 2019. La duración es de un cuatrimestre. Los interesados pueden escribir a: [email protected]

Lic. Silvia Gabriela Vázquez

Directora de la Cátedra de Responsabilidad Social Universitaria UdeMM

Dir. Académica Red Latinoamericana de Profesionales de la Orientación.

E-mail: [email protected]

https://www.linkedin.com/in/licsilviagabrielavazquez/

Silvia Gabriela Vazquez
Categorias: Opinión

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