La conciliación y la corresponsabilidad constituyen elementos esenciales para el bienestar de las personas y de sus familiares dependientes, condicionan determinadas decisiones familiares con incidencia pública (tener hijos o cuidar a los mayores y dependientes), mejoran el clima laboral y por tanto la productividad de las empresas y administraciones, y favorecen la igualdad en el acceso y permanencia en el empleo de las mujeres.

Aunque el reparto equilibrado del trabajo en el hogar podría considerarse que pertenece a la esfera privada familiar, mientras que la conciliación trabajo-vida personal y familiar incidan en la esfera pública, y por tanto sean susceptibles de regulación, ambas cuestiones están íntimamente relacionadas. Como se señala en el informe de la Subcomisión constituida en el Congreso de los Diputados en 2013, las políticas europeas de los años 80 de “primera generación” fueron exclusivamente de conciliación y produjeron resultados no equilibrados en el ámbito de la corresponsabilidad, y por ello las políticas de “segunda generación” apuestan por el tándem conciliación y corresponsabilidad como la expresión holística del work and family balance.

Así se advierte en el Pilar europeo de derechos sociales aprobado conjuntamente por el Parlamento Europeo, el Consejo y la Comisión el 17 de noviembre de 2017. Precisamente una de sus líneas se refiere al “equilibrio entre vida profesional y vida privada”, y en ella se enmarca una Propuesta de Directiva relativa a la conciliación de la vida familiar y la vida profesional de los progenitores y los cuidadores. Sus dos grandes novedades son el refuerzo de la corresponsabilidad entre hombres y mujeres en el cuidado de los menores, así como la necesidad de medidas de conciliación para cuidar también a mayores y dependientes.

En España, a pesar del camino recorrido en estos últimos años, hay todavía mucho que avanzar. La OCDE en su informe Doing Better for Families (2011) recomendaba a nuestro país un fortalecimiento de sus políticas para conciliar trabajo y familia, y su diagnóstico coincide con estudios y encuestas, singularmente del INE y del CIS, que ponen de relieve las consecuencias de una buena gestión de la conciliación y la corresponsabilidad tanto en el bienestar de las personas y las familias como en la productividad en el trabajo.

El Gobierno de España aprobó en mayo de 2015 el Plan integral de apoyo a la familia (2015-2017), cuya segunda línea estratégica es, precisamente, la conciliación y la corresponsabilidad. En este marco y, entre otras medidas que se han ido poniendo en marcha, desde el 1 de enero de 2017 está funcionando el permiso de paternidad de dos a cuatro semanas, y el 29 de junio de 2017 el pleno del Congreso de los Diputados aprobó por unanimidad una moción que propone permisos de paternidad y maternidad igualitarios, intransferibles y 100% remunerados. Todo esto es quizá una de las manifestaciones más evidentes de que profundizar en la corresponsabilidad es condición para la conciliación.

Esta apuesta por mejorar conciliación y corresponsabilidad ha sido asumida también por el sector privado: un número creciente de empresas, muchas de ellas acreditadas con el certificado EFR de la Fundación Más familia, están comprometidas activamente, sabiendo que es la mejor manera de mantener una posición avanzada, atractiva y acorde con el actual mercado de trabajo y la situación de la sociedad española.

A esta mejora social contribuye también la Universidad a través de la investigación básica y aplicada y la difusión de sus resultados. Es el caso de la Universidad Pontificia de Comillas, con el reciente Observatorio de Conciliación y Corresponsabilidad: trabajo y familia, que ha apostado por un análisis necesariamente interdisciplinar de este equilibro complejo desde las perspectivas económicas, empresariales, sociológicas, jurídicas, educativas, psicológicas y éticas.

Fuente: https://diarioresponsable.com