El petróleo sigue siendo el combustible líder en España

El petróleo sigue siendo el combustible líder en España

EAE Business School ha publicado el informe “Sector Energético” del que se extrae que el petróleo se alza como el combustible líder (43,8%), seguido del gas natural (21,8%), las energías renovables (17,4%), la energía nuclear (9,1%), la hidroeléctrica (5%) y el carbón (2,9%). En cambio, como generador de electricidad, España es líder en viento (60.485 GWH), nuclear (54.040 GWH), Ciclo combinado (44.494 GWH), Hidro (29.582 GWH), Cogeneración (26.090 GWH) y Energía solar fotovoltaica (20915 GWH).

“Por mucho que España ponga sus esperanzas en las energías renovables, y especialmente en los molinos de viento, estos recursos están aún muy lejos de cubrir sus necesidades energéticas. Sin duda, la apuesta ha sido muy decida por parte de los últimos gobiernos: las facilidades y subvenciones están a la orden del día, los planes de expansión en marcha y las empresas energéticas españolas siempre a la vanguardia mundial en este terreno. Sin embargo, no debemos olvidar que el almacenamiento de energía es un muy serio problema todavía por resolver, de ahí las notables diferencias de precios entre «horas punta» y «horas valle»”, señala el profesor de EAE Business School y autor del informe, Eduardo Irastorza.

Asimismo, las conclusiones del estudio indican que, hasta hace unos meses, España, dada su extraordinaria situación geográfica y estratégica y las enormes inversiones realizadas por sus empresas energéticas en plantas de conversión de gas, se pensaba que se convertiría en el hub gasístico de Europa. A pesar de ello, “Italia y Francia hoy compiten por ocupar esa posición perdida”, indica el estudio.

Sobre la energía nuclear, la apuesta española por esta fuente dejó de existir por razones de seguridad y compromisos políticos internos. Sin embargo, “este posicionamiento no ha impedido que llevamos años adquiriendo electricidad a Francia procedente de sus cercanas centrales nucleares”, recuerda Irastorza.

El informe de EAE Business School también recoge que el precio medio de la electricidad ha subido un 195% respecto al 2020. Esto ha llevado a una tímida bajada, del 4,83%, de la demanda de la electricidad. Asimismo, la mayor concienciación ecológica de la sociedad ha hecho que las emisiones de gas invernadero disminuyeran un 24,76% en 2019, respecto 2008.

Consumo y fuentes de energía a nivel global

El estudio de EAE Business School, elaborado por el profesor Eduardo Irastorza, también reflexiona sobre la velocidad y transformación del actual panorama energético a nivel mundial e identifica los hechos que van a determinar su evolución futura. Así, destaca la posición dominante del país norteamericano debido a la fortaleza de su divisa y a convertirse en el gran suministrador de Occidente, castigado por el recorte de gas ruso y el incremento de precio de los carburantes.

Además, las grandes compañías energéticas estadounidenses extienden su influencia y lazos comerciales para extracción, compra y venta en todo el mundo, sin cuestionarse los nuevos métodos de extracción, como el fracking, mucho más baratos. Todo ello hará que su producción de energía ascienda de 100 cuatrimillones de BTU en 2021 a 120 cuatrimillones de BTU en 2050.

Otro de los grandes países que liderarán el futuro energético mundial será China, que casi dobla el consumo de energía de Estados Unidos, el líder del pasado siglo XX. La gran capacidad productora y fabril del país asiático determina que el volumen de importación de petróleo crudo haya crecido un 126,49% en los últimos 10 años, ascendiendo a 542,01 millones de toneladas en 2020. Aunque la demanda de energía por parte del resto de países no alcanza, individualmente, la décima parte de las de China, el estudio de EAE constata el posicionamiento nuevas potencias emergentes como Brasil, Irán o Indonesia.

India también será estratégico en el contexto energético mundial. Además de contar con la ventaja del inglés como idioma y de disponer de una fuerza laboral más joven, India tiene recursos energéticos y un socio preferencial, Rusia, que le ha otorgado en la reciente crisis ucraniana el papel de intermediario para dar salida a su gas.

Comparando el consumo de los diferentes tipos de combustibles en los últimos 46 años, la investigación aprecia que, aunque se consume menos petróleo y derivados y más electricidad, las llamadas “energías limpias” aún están lejos de implementarse. En este sentido, conceptos como sostenibilidad, equilibrio climático y regeneración todavía se encuentran muy lejos de la realidad en, al menos, cuatro quintas partes del globo.

Otra de las conclusiones del estudio de EAE se centra a Asia como el verdadero motor del crecimiento de la economía mundial y, por lo tanto, demandante de energía. Este contexto determina que, en 2021, China fuera la mayor consumidora de energía primaria, con 157,65 exajulios; seguida de Estados Unidos, con 92,97; la India, con 35,43; Rusia, con 31,3; Japón, con 17,74; y Canadá, Alemania, Corea del Sur, Brasil, Irán, Arabia Saudita, Francia, Indonesia, Reino Unido y Turquía que juntos consumieron menos de 14 exajulios.

El cambio deseado aún está lejos

El estudio “Sector Energético” de EAE Business School también destapa que, “aunque el siglo XXI estaba llamado a ser el de las energías limpias y renovables, la realidad es que el cambio aún está lejos de producirse”. El conflicto bélico en Ucrania y las consiguientes sanciones, limitaciones y encarecimiento de los precios ha obligado a muchos países a volver a fijarse en el carbón ya que, en 2021, el consumo de este recurso energético ascendió a 161 exajulios, en comparación a los 145 de 2020, tal y como recoge el informe. Si bien, también se constata que China nunca renunció al carbón y India, la cual fue llamada a ser el horno metalúrgico del planeta, tampoco lo hizo.

Asimismo, la actual “multicrisis” (energética, política, económica, social) hará prolongar el protagonismo de esta energía, a pesar de los objetivos de la “Agenda 2030”. De hecho, los países que, como Alemania, habían empezado a dar pasos decididos hacia las energías más limpias, han tenido que replantearse volver al carbón y la energía nuclear.

“Es el momento de ponerle otra fecha a la Agenda 2030, por ejemplo, 2050; porque las proyecciones nos muestran que las proporciones entre fuentes de energía apenas se alterarán en los próximos diez años, y que ni de lejos habrán desaparecido ni el carbón, ni el petróleo, ni el gas natural en treinta años. Es más, seguirán representando cuando menos las dos terceras partes, a pesar del creciente peso fuertemente subvencionado de las energías renovables”, concluye Irastorza.

Fuente: https://www.compromisorse.com/

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