La responsabilidad social empresarial (RSE) es como el campesino que siembra semillas en enero para cosecharlas en diciembre.

En resumidas cuentas, para que una empresa empiece a obtener buenos resultados es importante ser paciente.

Pero más allá de los resultados hay compañías en Panamá que toman la RSE como una obligación empresarial, y en la que antes de volcar sus energías a la comunidad echan una mirada internamente para ver qué ajustes se deben hacer en materia de derechos humanos.

La directora ejecutiva de Sumarse (asociación sin ánimo de lucro que promociona la RSE), Teresa de Alfaro, reconoce que los derechos humanos en las empresas es un tema muy delicado y en el que Panamá apenas está dando sus primeros pasos.

Al decir que es delicado, de Alfaro aclara que es porque requiere ejecutarse las leyes de derechos humanos que ya existen en Panamá.

Lo que ella llama una nueva rama de la RSE, busca proteger tanto los derechos que tienen los trabajadores en la empresa como con la sociedad en general.

“Más que cumplimiento, lo que busca es que no  se incumpla [lo que ya existe]”, agrega.

En Panamá son pocas las empresas que han creado un plan de responsabilidad social empresarial en derechos humanos. Eso lo reconoce la directora de Sumarse, pero las que lo tienen lo han elaborado muy bien.

Estos primeros pasos ponen a Panamá en el camino indicado para desarrollar los derechos humanos en la RSE.

Grupo Corporativo Pérez es una de estas empresas de las que habla Teresa de Alfaro.

La compañía tiene un departamento de responsabilidad social que tiene como uno de sus enfoques los derechos humanos y dentro de este el derecho a la educación.

El vicepresidente de responsabilidad social de Grupo Corporativo Pérez, Pedro Coparropa, asegura tener programas de formación dirigidos a colaboradores y sus familias. Esto a nivel interno.

Pero también a nivel externo poseen programas como Toyota Technical Education Program para brindar apoyo y patrocinio técnico-educativo a instituciones de formación docente automotriz.

A su vez tienen el programa Júnior en el que sus colaboradores son asesores voluntarios en escuelas para impartir clases a más de 3 mil 500 niños y jóvenes.

Externamente también tienen un programa de reforestación, con el que han logrado plantar 15 mil árboles de guayacán en la región de Azuero.

Por su parte, la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) hace lo propio en derechos humanos.

Estela Luck, analista de programas de responsabilidad social en la ACP, dice que el modelo de negocios de la empresa integra a la gestión con los valores y principios éticos de los trabajadores, la comunidad y el medio ambiente.

Luck  asegura que el Canal de Panamá recurrirá a su esfera de influencia para impulsar el respeto a los derechos humanos.

“A partir de este año, la entidad incluirá en su pliego de cargos únicos, criterios que previenen la vulneración de los derechos humanos en el 100% de las compras y contrataciones que esta realice a través de su cadena de valor”, afirma.

En adición a esta medida la ejecutiva asegura que harán capacitaciones sobre el tema y las dirigirán especialmente a los contratistas que les proveen servicios.

Palabras más, palabras menos, asegura que la ACP no contratará empresas que de una u otra forma no cumplen con las leyes de derechos humanos.

Entre los planes de RSE con que cuenta la entidad a lo interno de la empresa están los programas de salud y bienestar, de capacitación y asistencia educativa.

Mientras que a nivel externo la ACP lleva proyectos de conservación de la cuenca hidrográfica como reforestación, ahorro energético y de agua, vigilancia y seguimiento de calidad de agua, educación ambiental, 3R’s (reduce, reutiliza y recicla).

Los frutos

Como toda siembra debe esperar que dé sus frutos, los programas de RSE aseguran los ejecutivos de la ACP y de Grupo Corporativo Pérez han dado buenos resultados.

Estela Luck de la ACP asegura que a través de este modelo de gestión se ha hecho que el negocio sea más sostenible y que la empresa fortalezca su imagen.

Y Coparropa de Grupo Corporativo Pérez resalta que estas medidas han influido en la productividad del colaborador y en su sentido de pertenencia.

Por su parte, Teresa de Alfaro, de Sumarse, dice estar capacitando un equipo de voluntarios para trabajar el tema de derechos humanos.

Con esto pretenden ayudar a las empresas a diagnosticarse y estar conscientes de cuáles son los riesgos que involucran vulnerar los derechos humanos.

La directora reitera que Panamá está empezando a dar sus primeros pasos, pero que en general el país ha evolucionado en el tema de RSE en los últimos cinco años.

Hizo un llamado a nuevas empresas a incorporarse a esta revolución que ha ido ocupando espacio importante de las empresas en todo el mundo.

Vale la pena mencionar que en el mes de agosto se estará celebrando la Semana de la Responsabilidad Social Empresarial, para la cual Sumarse espera que nuevas entidades puedan formar parte de las empresas voluntarias.

Por: Manuel Robles Quintero

Fuente: http://www.martesfinanciero.com/