La culpa podría ser de China: Las Emisiones de Gases tuvieron un repunte

La culpa podría ser de China: Las Emisiones de Gases  tuvieron un repunte

En mayo algunos científicos revelaron un misterio que afecta la contaminación global: un sorpresivo aumento en las emisiones de un gas industrial prohibido que destruye la capa de ozono de la atmósfera.

Este aumento inesperado socava las metas del pacto ambiental de cooperación internacional considerado el más exitoso: el Protocolo de Montreal, que prevé la eliminación de los clorofluorocarbonos, o CFC. Con esa prohibición se esperaba lograr la recuperación total de la capa de ozono para mediados de este siglo.

La fuente del reciente aumento en la contaminación se desconocía. Ahora, después de seguir una serie de pistas, se ha determinado que el alza proviene de una pequeña población rural de China con un repentino crecimiento económico.

Entrevistas, documentos y publicaciones recopilados por The New York Times y otros investigadores independientes indican que varias fábricas chinas ignoraron la prohibición global y continuaron produciendo o empleando la sustancia química designada CFC-11, principalmente para elaborar espuma aislante que tiene aplicaciones en la industria de la refrigeración y en edificios.

“Teníamos dos opciones: el agente espumante más barato, que no es muy bueno para el ambiente, o el agente caro que no lo daña tanto”, explicó Zhang Wenbo, propietario de una fábrica de refrigeradores en Xingfu, en la provincia de Shandong; tanto él como otros fabricantes dijeron que hasta hace poco utilizaban el CFC-11 en grandes cantidades para la espuma aislante.

“Por supuesto, optamos por el agente espumante más barato”, explicó Zhang durante una entrevista en su oficina. “Así sobrevivimos”.

Poco tiempo después de la entrevista con Zhang, cuatro funcionarios ingresaron a su fábrica, le entregaron un documento con advertencias acerca de varias violaciones ambientales, incluido el uso de CFC-11, y le ordenaron cerrar el sitio.
“Nadie nos dijo nada hasta el año pasado sobre el daño que le ocasionaba a la atmósfera”, se lamentó Zhang. “Nadie vino a verificar qué utilizábamos, así que pensábamos que todo estaba bien”.

China tiene el mayor mercado de espuma de poliuretano del mundo; representa aproximadamente el 40 por ciento del consumo global. Era responsable de casi toda la producción de CFC-11 y otras sustancias químicas similares en el sureste asiático antes de su prohibición.

Los problemas que ha enfrentado China para erradicar el CFC-11 son solo una muestra de los obstáculos que debe superar tras décadas de expansión industrial frenética, durante las cuales los funcionarios consideraban que la contaminación era el precio que debían pagar para alcanzar la prosperidad.

Durante la última década, los líderes del Partido Comunista chino comenzaron a emprender acciones amplias para combatir el esmog y controlar el aumento de las emisiones de dióxido de carbono y otros gases que ocasionan calentamiento en el planeta. Además, desde que se anunció la prohibición del CFC-11, China ha exigido a las empresas cambiar a sustancias químicas menos dañinas.

Sin embargo, las consecuencias del uso de contaminantes como ese van más allá de las fronteras del país asiático.

En un estudio publicado en mayo, algunos científicos señalaron que un aumento en las emisiones de CFC-11 amenazaba las medidas aplicadas para reparar la capa de ozono, que protege a las personas y los cultivos de los nocivos rayos ultravioleta del sol.

Fuente: http://www.chiledesarrollosustentable.cl

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Categorias: Medio Ambiente, Noticias

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